La "neofilia", obsesión por lo nuevo, se apodera de Japón
Una enfermedad del consumo que sólo se cura con visitas a las tiendas. Por Gonzalo Robledo -
Tokio.- La búsqueda obsesiva de las cosas nuevas ha sido catalogada por científicos japoneses como la "neofilia", un mal que, para deleite de las empresas de manufactura, sólo se cura con visitas frecuentes a la tienda más cercana.
Psicólogos de la Universidad de Yamagata, al nordeste de Tokio, aseguran que factores genéticos, relacionados con una enzima presente en las mitocondrias, vuelven al paciente vulnerable a los nuevos lanzamientos comerc
Según el estudio de la universidad nipona publicado recientemente por la revista Psychiatric Genetics, la "neofilia" afecta sobre todo a "personas brillantes y con alto nivel educativo" quienes sufren el mal a veces sin darse cuenta y la confunden con una simple adicción.
La novedosa hipótesis ayuda a explicar la conducta de los llamados "compradores tempranos", generalmente adolescentes cuya afición por lo recién salido al mercado los convierte en conejillos de indias de las empresas de publicidad donde se les conoce desde hace años con la denominación inglesa "early adapters".
Para curar la población "neofílica" de bebedores de Japón los fabricantes de bebidas lanzan cervezas para la primavera, para el verano, el otoño y el invierno, con diferentes grados de alcohol y con denominaciones que desaparecen en uno o dos meses.
Aparte de los coches para el consumo masivo, las empresas automovilísticas niponas ofrecen ediciones como la lanzada este mes por Nissan y Conran & Partners y que consiste en vehículos de diseño que con colores llamados "chocolate amargo" y "crema irlandesa" buscan atraer a exquisitos "neofílicos".
Tal vez sin conocer el neologismo, muchos importadores de productos europeos como vinos o aceite de oliva, se quejan de la necesidad de renovar constantemente etiquetas o forma de botellas, y citan la obsesión nipona por lo nuevo como una de las dificultades para conquistar este codiciado mercado. Los sofisticados anuncios de televisión que duran menos de un mes en antena, o las exposiciones de arte de tres días en las mini-galerías de Tokio, refuerzan la percepción de que en Japón los casos de "neofilia" son legión.
Pero desde que la teoría japonesa se publicó han surgido críticos en campos como la ciencia y la publicidad que cuestionan la justificación genética de una conducta más fácil de explicar con los patrones de consumo capitalistas. Especialistas en nuevas tendencias como la revista de internet Media Life, indican que la "neofilia" es consumismo "puro y duro" y citan opiniones científicas para demostrarlo.
Según la publicación virtual, el profesor de sociología Colin Campbell, de la Universidad de York en el Reino Unido, asegura que "las sociedades pre-modernas desconfiaban de la novedad" y que la afición a lo nuevo nació en los inicios de la era industrial, a mediados del siglo dieciocho.
La "neofilia" es pues un "desorden de tipo económico" ya que la cultura moderna depende de personas que necesitan cosas nuevas y con un gran sentido de la curiosidad. El profesor Campbell asegura que el amor por la novedad es uno de los fundamentos del capitalismo "ya que estamos predispuestos por el deseo a ser estimulados por cosas nuevas".
Los expertos en tendencias advierten del peligro de no tener víctimas de "neofilia" y se preguntan: "Qué pasaría si en las sociedades desarrolladas la gente usara los coches hasta que se rompieran o la ropa hasta que se cayera a trozos?". La respuesta la tienen en parte los ancianos japoneses que vivieron la miseria del país destruido durante la Segunda Guerra mundial y que lamentan que sus nietos desconozcan el encanto de reciclar.
http://www.ocexcelsior.com/noticias/newswires/2006/junio/0626_noti_wr_mundo_japon_neofilia.shtml
Neofilia y Neofobia
En todo comportamiento exploratorio, sea artístico o científico, se desarrolla el eterno combate entre los impulsos neofílico y neofóbico. El primero nos empuja a nuevas experiencias; nos hace buscar afanosamente la novedad. El segundo nos retiene, hace que nos refugiemos en lo conocido. Nos hallamos constantemente en un estado de equilibrio inestable entre las atracciones opuestas del nuevo estímulo excitante y del antiguo y familiar. Si perdemos nuestra neofilia, nos quedaremos estancados. Si perdemos nuestra neofobia, correremos hacia el desastre. Este estado de conflicto explica no sólo las más visibles fluctuaciones de las modas y caprichos, del tocado y del vestido, de los muebles y de los coches, sino que constituyen también la misma base de todo nuestro progreso cultural. Exploramos y nos atrincheramos; investigamos y nos estabilizamos. Paso a paso aumentamos el conocimiento y la comprensión, tanto de nosotros mismos como del complejo medio en que vivimos.
Fragmento extraido de "El mono desnudo" de Desmond Morris
(The Naked Ape, 1967)
[Correo: desalmadosmonteros@hotmail.com],
Desalmados Monteros, nuestro lugar en la web
Konrad Lorenz, premio nobel 1973, toca el tema de la neofilia en su libro "LOS OCHO PECADOS MORTALES DE LA HUMANIDAD CIVILIZADA" publicado en Buenos Aires en 1973. El doctor Konrad Lorenz (1903-1989), fue un zoólogo austriaco fundador de la etología (del griego eto, que significa "costumbre") es la rama de la biología que estudia el comportamiento de los animales, en el medio natural.
No fue si no hasta la parte final de su vida que realizó estudios de la conducta humana. A continuación un extracto del libro de referencia en donde habla acerca de la neofilia. Nota de la redacción
"...En comparación con los efectos devastadores que la generalizada huida del desplacer provoca en la verdadera condición humana, las igualmente desenfrenadas ansias de procuramiento de placer resultan casi inofensivas. Uno estaría tentado de decir que el hombre moderno es demasiado apático y está demasiado desilusionado como para desarrollar un libertinaje realmente importante.
Desde el momento en que la progresiva disminución de la capacidad de sentir placeres se produce mayormente por el acostumbramiento a situaciones placenteras cada vez más y más fuertes, no es para nada de extrañar que las personas desilusionadas siempre estén a la búsqueda de nuevas situaciones de placer.
Esta “neofilia” se aplica a prácticamente todas las relaciones de las cuales la persona es capaz en relación con los objetos del medio ambiente. Para el atacado por esta enfermedad cultural, después de un cierto tiempo de tenencia, un par de zapatos, un traje, un automóvil, pierden toda su fuerza atractiva exactamente de la misma manera en que lo pierden también la amante, el amigo y hasta incluso la patria.
De un modo sorprendentemente despreocupado muchos norteamericanos al mudarse de domicilio venden la totalidad de sus enseres domésticos y se compran cosas nuevas. Uno de los constantes argumentos de venta con el cual las agencias de viaje tientan a sus clientes es la oportunidad de “to make new friends” . Puede parecer paradójico y hasta casi cínico a primera vista si afirmo que la lástima que uno siente cuando tira a la basura algún fiel pantalón viejo, o una pipa, tiene ciertos orígenes en común con el nexo social existente entre amigos humanos.
Pero cuando pienso en los sentimientos que tuve cuando vendí nuestro antiguo automóvil, con el cual me relacionaban innumerables y hermosos recuerdos de viaje, debo constatar sin posibilidad de error que, cualitativamente, se parecían a los que uno siente cuando se despide de un amigo. Esta reacción para con un objeto inanimado es, por supuesto completamente pueril, pero frente a un animal superior – como por ejemplo un perro – resulta no sólo justificada sino directamente una prueba para constatar la riqueza o la pobreza de sentimientos de una persona. Me he distanciado emocionalmente de muchas personas que me contaban de su perro: “... y después nos mudamos a la ciudad y tuvimos que dejarlo.”
La neofilia es un fenómeno que les encanta a los grandes fabricantes y que, en virtud de la adoctrinabilidad de las masas que veremos en el Capítulo VII, puede ser explotada para lograr una ganancia mercantil en gran escala. “Built-in obsoletion”, es decir “obsolescencia incorporada” es un principio que juega un gran papel tanto en la moda de la vestimenta como en la de los automóviles....
http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages/Lorenz/Lorenz_OchoPecadosMortales.htm
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